Fabula: #29 La
ciudad insensible.
Recuerdo un día en el que un águila me recordó lo que
siempre olvido, el problema es que ya olvide lo que me había recordado.
Lo siento, soy un búho muy bromista, la verdad es que no
recuerdo realmente soy muy amigo de las águilas, ya que mi aspecto de conejo
hace que parezca su banquete de esta
mañana. No estoy seguro si realmente dormía toda la noche anterior o me limite
a dar un paseo por el pueblito de por
aquí cerca.
-El búho daba un paseo alrededor de unos árboles muy
introducidos al bosque, de pronto, volando se acerca el águila del que al
principio les hablaba.
- Hey! Mi gran amigo sabio ¿Qué tal estuvo tu sueño?
- Oh querida águila, no lo sé, no sé si realmente soñé,
o deambule por un pueblito toda la noche.
- No importa, solo cuenta la historia, adoro tus
aventuras tan extrañas.
- Bueno, ¿recuerdas el pueblito más cerca aunque este
muy lejos de aquí? Bueno, iba yo volando, esperando encontrarme una gran gama
de árboles con sus hojas caídas, cafés, verdes secos, tan fulminado, esperaba
ver tantas cosas, los tejados rojos de ladrillos, la gente caminando, pequeñas
fogatas, es que hace ya tanto que no iba a un pueblito, desde que tenía apenas
unos meses y nos llevaron a ti y a mí, y nos advertían de gente que podía
matarnos, yo veía a los humanos como algo dócil, tan pre cautivo. Adore ese
día y esperaba ver de nuevo todo como antes,
bah, ahora que soy viejo con más razón esperaba ver todo y recordar esos
tiempos que pasaba junto a mis padres…
Pero no fue así, y mis esperanzas, se echaron a volar. Lo que vi fue
horrendo…
- Oh, ¿Pero qué cosas has visto querido sabio?
- La gente no caminaba, iban en unas cosas como si
fueran pequeñas casitas de fierro, y caminaban, había casas grandes, enormes,
con los pisos encimados, y cada cosa de esas que caminaban, soltaban humo, como
si se quemaran por dentro, la gente iba vestida muy raro, llevándose unos
cuadros de plástico al oído, y hablaban
solos!! ¡Esa gente se ha vuelto loca¡ Luego siempre iban ocupados, apurados, ya
no volteaban a ver el cielo, ni respiraban tranquilos el aire. Era una basura
de humanos insensibles.
-Oh mi Sabio búho, es mejor que sigas pensando en que fue
un sueño y no realidad.
- Si, eso es lo que espero, que sea solo una pesadilla y
no realidad. Pero águila mía, aquí te prometo que si la ciudad y los humanos se
vuelven así, no volveré a salir nunca más por el día. Me quedare dentro de un
árbol dormido durante todo el día, y saldré por las noches a deambular.
Desde ese entonces, el búho visito con el águila la
ciudad. Y por eso ahora, los búhos duermen de día y salen de noche.