lunes, 18 de abril de 2016

El día que sonreír se volvió necesidad.
Eh vuelto a casa, como todos los días, adaptándome a una vida rutinaria, soportando mentes sucias y mediocres, siguiendo la corriente para no verme tan distante ni antisocial. Mi madre no se ha percatado, no hice ruido al entrar, ella, como si el mundo no tuviera una guerra a unos cuantos países de aquí, como si a la vuelta no existiera un par de niños sin hogar, como si el gobierno no estuviera creando nuevos planes para hacernos creer que nos benefician sus torpes alternativas cuando prácticamente nos está jodiendo la  vida, el futura y la mente. Sigue ahí, reposando es el cómodo sofá, inquietada de no tener ninguna notificación hace 15 minutos, agobiada de no poder aprender rápidamente a usar ese aparato.
Recuerdo sus manos moviéndose rápidamente por encima de las telas, de esos hilos, ese papel que hacía parecer una flor, creando adornos, tarareando un par de canciones, brincando, recuerdo su sonrisa tan grácil, y el olor a comida, saliendo de la cocina. Ahora simplemente parece reír por razones absurdas, un par de vines que hacen bromas supongo graciosas.
Hace tiempo que me eh tragado esas ganas insólitas de hablar con alguien, mi hermano ha dejado de jugar por la casa, de hacer sus reuniones, de salir con sus amigos, comprendo que el sol es cruel, y cala por las tardes, este no sería tan cruel si nosotros no utilizaríamos y provocaríamos tantas radiaciones, conexiones con satélites artificiales que penetran la capa de ozono volviéndola más frágil.
Quisiera volver hacia el pasado, unos 40 años atrás, podría así advertirles a todos que sonreír en un par de años va a ser una obligación, una máscara de felicidad falsa.
-Walker, levántate es navidad!!!!
Abro mis ojos, y me doy cuenta de que el televisor que hace unos minutos estaba  frente a mi cama, me levanto y dirigiéndome a las escaleras parece ser que por la ventana está la vista que tanto soñaba, en el pasado.
La sala está llena de adornos, las paredes son de madera, el árbol navideño poso entre miles de cajas de regalos, y un ambiente lleno de alegría sin tecnología que interrumpa la ocasión.

Fue la pesadilla más terrorífica que puede haber soñada, deseo que no se haga realidad, aunque la noche anterior desee tanto que la sociedad se actualizara…

No hay comentarios:

Publicar un comentario